El arenero es su lugar favorito donde hacer sus necesidades con tranquilidad e intimidad y por eso es muy importante que esté en las condiciones que necesita.
Un buen arenero debe adaptarse a las características físicas de tu gato en cuanto a tamaño o peso. Si tu gato es mayor, debemos añadir el hecho de que tenga fácil acceso a él.
También debe ser cómodo en cuanto a tamaño: no es necesario que sea mucho más grande que tu gato, pero sí debe tener el espacio necesario para poder darse la vuelta o enterrar sus heces.
Elige el arenero ideal y estarás contribuyendo a que tu gato se sienta más tranquilo y feliz.
El arenero se debe limpiar cada vez que se cambia la arena.
Utiliza unos guantes y productos de desinfección que no sean dañinos para tu gato. El bicarbonato puede ser muy útil: una vez que la bandeja esté limpia, añade una capa muy fina de bicarbonato y después agrega la arena. Esto permitirá que los olores se neutralicen y evitará que se propaguen por la casa.
Lo ideal es mantener el arenero siempre en el mismo sitio, asegúrate de que sea en un lugar ventilado y a poder ser:
A los gatos les gusta fijar su territorio, por lo tanto les incomoda compartir algo tan privado como su arenero. Si tienes más de un gato procura separar los areneros de ambos. Si uno de tus gatos muestra comportamientos extraños, probablemente sea una forma de avisarte de que no está conforme con la ubicación de su arenero con respecto a la del otro gato.
El carácter territorial de tu gato hace que sienta la necesidad de sentirse limpio para no dejar “rastro” ante la llegada de un posible “intruso”. Descubre qué puedes hacer tú para ayudarle en esta tarea clicando en cada parte de su cuerpo:
Orejas
Dientes y encías
Pelo
Los oídos de los gatos son zonas muy sensibles: No los limpies con palillos ni nada parecido.
No profundices en el oído: Si ves alguna manchita y la alcanzas fácilmente, límpiala con una gasa de fuera para dentro. Sino, mejor acude al veterinario.
Puedes acostumbrar a tu gato, desde pequeño a cepillarle los dientes y las encías. Utiliza una pasta adecuada y específica (la humana es tóxica para ellos porque lleva flúor) y deja que se familiarice con el cepillo.
Si lo crees conveniente, consulta con tu veterinario si necesita un limpieza bucal más profunda.
Una última clave: la alimentación seca es beneficiosa para sus dientes, ya que ayuda a eliminar sarro.
Cepilla su pelo regularmente para evitar que se le formen bolas de pelo. Es una actividad que le encanta y además reforzará vuestro vínculo.
Un pelo sano y brillante es sinónimo de salud. Con el cepillado y sus propias “duchas” no es necesario bañar a un gato.